lunes, 2 de marzo de 2009

UNA DE FRANCIS BACON, POR FAVOR.




Aunque a muchos su nombre les recuerde más al de una hamburguesa, no cabe sino aclarar, que Francis Bacon es uno de los pintores más poderosos del siglo XX. Gran parte de lo que fue su obra, podemos disfrutarla en la ciudad de Madrid, gracias al Museo del Prado, desde el 3 de Febrero. La exposición se celebra en colaboración con la Tate Britain de Londres y el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, que conmemoran el centenario del nacimiento del artista en octubre de 1909.

El evento está organizado por Manuela Mena en el edificio Jerónimos del Museo del Prado con el patrocinio de Acciona y la colaboración de La Comunidad de Madrid.

La exposición ocupa tres salas: la A, la B, y la C, de paredes blancas altas, poca luz, y con los cuadros colocados de una forma austera; algo que impacta a los visitantes debido al tamaño de la mayoría de los cuadros, de grandes dimensiones, que contrasta claramente con los de tamaño pequeño (la minoría).

En conjunto, son 62 pinturas las que se exhiben, siguiendo un orden, en parte cronológico, en varios apartados temáticos que trató en distintas etapas de su vida.

Comienza con Animal en la que podemos ver algunas de las primeras obras de Bacon, de 1940 hasta 1950. Destaca su primer tríptico: Tres estudios para figuras al pie de una Crucifixión (1944). Sigue con Zona y Aprensión, en la década de los años 50, con una serie extensa de variaciones sobre el Retrato de Inocencio X de Velázquez, con una mayor complejidad en su estructura, evidente en otras obras como el Estudio de Babuino o la serie de Hombres de Azul. Crucifixión y Crisis representan obras de los años 60, con los grandes trípticos de Tres Estudios para una Crucifixión y Crucifixión, en los que aparece el tema de la violencia, la sangre y la sugerencia del crimen. En Archivo encontramos una revelación del valor que tuvo para Bacon el uso y manipulación de imágenes fotográficas que, junto al cine, le sirvió de punto de partida de su inspiración. Fue muy importante el retrato (que da nombre a otra sección), sobre todo de sus amigos: Estudio de George Dyer en un espejo (1968) o Retrato de Isabel Rawsthorn de pie en una calle de Soho (1967). Memorial es una sala dedicada a George Dyer que fue el más importante y constante compañero y modelo de Bacon (Tríptico, agosto 1972 o Tríptico en memoria de George Dyer). En Épico se exponen una serie de obras grandiosas que se identificaban con la gran literatura: Tríptico inspirado en el poema de T.S. Elliot “Sweeney Agonistes”. Por último, en Final se exponen obras de sus últimos años, en la que predomina una preocupación por la vulnerabilidad de la carne: Tríptico (1991), Retrato de John Edwars (1988)

Cuenta con miles de visitas diarias de turistas, estudiantes, amantes del arte, curiosos etc. Incluso es posible encontrarse actores como Michael C. Hall y su esposa Jennifer Carpenter (de la serie norteamericana Dexter) que pisaron las salas el pasado Jueves 26 de Febrero, encantados con el museo y la ciudad.

Desde luego, hay que aprovechar la oportunidad y visitarlo antes de que marche camino al Metropolitan Museum of Art de Nueva York el día 19 de abril.


1 comentario:

Alfa dijo...

LOL tiene cara Bukowskianaaaa!!!! Mola el artículo!! ^^